Alas que dan salud: Más de 2.500 vidas salvadas por traslados aéreos

Samantha B., una ciudadana americana de 16 años, se encontraba de vacaciones en las Islas Galápagos el pasado 2 de julio, mientras nadaba, sufrió múltiples heridas provocadas por las hélices de un barco.

Los equipos de emergencia la asistieron en el sitio del accidente y tuvo que ser trasladada al Hospital República del Ecuador de la Ministerio de Salud Pública, donde estabilizaron sus signos vitales.

Sin embargo, por la gravedad de sus heridas, sufrió choque hipovolémico, una condición peligrosa provocada por la pérdida masiva de sangre, que requería su traslado de emergencia al Ecuador continental para someterse a un procedimiento quirúrgico.

Gracias a la articulación de la Red Integral Pública de Salud pudo movilizarse mediante vía aérea en un avión ambulancia hasta Guayaquil, donde la trasladaron hasta una clínica privada y hoy se recupera favorablemente.

Desde el 2017, esta cartera de Estado ha articulado 2.546 evacuaciones áreas de este tipo, beneficiando a aquellos pacientes que requieren de movilización urgente en helicóptero o aeronave a casas de salud especializadas y que se encuentran en áreas donde se dificulta el acceso a los servicios de salud.

El helicóptero dispone también de mayor operatividad al aproximar los recursos y el personal sanitario junto al paciente en zonas de difícil acceso; mientras que el avión ambulancia, dada su mayor velocidad, capacidad de presurización y vuelo a más altura, permite un traslado más efectivo de pacientes críticos.

Esto es un reflejo de la articulación del Sistema Nacional de Salud, que a través de la coordinación entre la Red Pública Integral de Salud  y la Red Privada Complementaria, brindan servicios de salud de calidad de manera integral a la población ecuatoriana.

El mayor de Policía, Julio Ibujes, del Servicio de Aeropolicial, señala que 8 de cada 10 traslados pertenecen a la zona oriental del país,  por el difícil acceso al territorio. Cuenta que para realizar un traslado se depende siempre de dos criterios: el criterio médico, que permite evaluar si el paciente puede ser movilizado, y si la operación aérea es viable, que corresponde a las condiciones climáticas y distancias. “Este trabajo es satisfactorio por las vidas que se salvan,” comenta.

Para el pequeño Fausto P., de 13 días de edad, este servicio representó la diferencia entre la vida y la muerte. El pasado 27 de mayo, tuvo que ser trasladado desde el Hospital Baca Ortiz de Quito al Hospital Abel Gilbert, para someterse a una cirugía de transposición de vasos.

Mediante la intervención del Ministerio de Salud Pública, en conjunto con las Fuerzas Armadas, el pequeño se encuentra con un mejor estado de salud y se recupera satisfactoriamente.

El tratamiento de todo paciente crítico y su traslado medicalizado en las mejores condiciones médicas ha disminuido drásticamente la morbilidad y la mortalidad de los pacientes. Esta atención inmediata y precoz constituye el elemento primordial de los sistemas de emergencias.

8 de julio de 2019.